SALUD

Tu y yo, otra vez juntos

Fue un encuentro maravilloso el choque mágico entre los recuerdos íntimos del pasado, la gran amiga aquella por la que fácil dabas la vida guardando un secreto , la archi recontra enemiga la que sabía decir las palabras que te dolían y te hacían sentir muy pequeñita, y siempre pensabas en la frase que algún día le dirías para que jamás se volviera a meter contigo, sin encontrar jamás esa frase, aquél al que tu sabías que le gustabas pero que nunca se atrevería a decírtelo y entonces se convertía en tu mejor amigo, el confidente, a quien no tuviste el valor de decirle que tu corazón solo a él le pertenecía y en cambio jugabas el papel de consejera dándole tips de cómo conquistar a la chica que le gustaba, el primer novio, el primer beso, cuantas risas y cuantas lágrimas derramadas, tantas experiencias de vida y que muchas te marcaron para siempre.

Y después de guardarlos por tanto tiempo en el espacio silencioso de mi mente y mi corazón surgen de pronto con caras, voces, risas y la espectacular sensación del contacto físico, gritando ¡son reales!, existen y viven igual que tú, algunos son tan felices que el rostro irradia un destello maravilloso de alegría y agradecimiento con la vida, otros reflejan en sus rostros y sus cuerpos las huellas de los años, con quienes han sostenido una batalla y se presentan esa noche airosos, como el triunfador mirando hacia atrás, con el gozo de la faena terminada, y tambíén los que dibujan un paréntesis en sus conflictos y se visten de esperanza, dibujan una sonrisa y por unos momentos serán felices.

Cómo explicar a mi sentir tanta alegría, cada uno de ellos es una historia, un sentimiento, un minuto de silencio tratando de adentrarme en el último instante en el que lo vi, en el último sentimiento que me invadió cuando cruzamos palabras, nos reímos de alguna broma, entendimos alguna tarea o éramos cómplices de alguna picardía.

Éramos tan jóvenes, tan inexpertos, el mundo y la vida nos sorprendían solo con enseñarnos una pequeña muestra de su existencia, y nuestras alegrías y tristezas ahora se ven tan pequeñas y tan grandes a la vez, llenos de sueños y proyectos de vida, llenos de ilusiones y esperanzas, ¿Cuántos las habrán conseguido?, ¿Cuántos más siguen en su búsqueda?, ¿Cuántos se dieron por vencidos?

Pero, es momento de dicha por que a mis amigos he reencontrado, sé que algunos pueden sentir tanta alegría como yo al verme y otros sentirán la curiosidad de ver aquella cara ya con unos años de más, pero, por los que comparten mi alegría y mi dicha brindo ante la vida y con gozo y regocijo canto y bailo y vuelvo a reír de muchas cosas que ya había olvidado.

Por que a mi edad he descubierto que la vida consta de pequeños momentos de alegría y pueden ser tan ligeros o tan intensos como nosotros queramos y yo, éste momento lo guardaré como un de los más bellos de mi vida, de los más intensos y doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de vivirlo.